Concierto acústico de Iratxo en Dos Hermanas
El mecenazgo de un antiguo profesor del cantante hace posible ver a Iratxo en un directo en acústico en la ciudad nazarena
Con una semana de antelación, nos llegó la noticia de que Iratxo daría un concierto en acústico en una sala de Dos Hermanas, y aunque no teníamos claro el por qué, en su perfil de Facebook aparecía el cartel de “Gratis”, lo cual no dejaba de ser llamativo. Buscando en el mapa la localización de la sala, descubrimos que sería en la Auren, a las afueras de Dos Hermanas (un pueblo de Sevilla). Así que salimos con la idea clara de que sería un acústico “íntimo”. Un viernes a las diez de la noche, en una sala que no conocíamos, y que según aparecía en el plano, estaba más allá de todo. Aún así, nos armamos de valor, cogimos el coche y nos lanzamos a la aventura, a fin de cuentas, teníamos ganas de oír en directo los temas que ya teníamos quemados en el coche.
Llegamos puntuales, y como esperábamos, en la puerta del local estaba todo el mundo, en torno a unas diez personas. Bueno, primero tocaba otro grupo, faltaría gente por llegar. Y esperamos. Esperamos una hora hasta ver comenzar al primer grupo, José Miguel Vega & Olea Roots. Poco a poco fue llegando más gente, que esperaba en la puerta el concierto que venían a ver.
A media noche, ¿la hora de las brujas y los duendes?, Juanma se subió al escenario con su guitarra y un montón de papeles apilados sobre un cuaderno. Tardó poco en preguntar si podía fumar, y mientras se liaba un cigarrillo, rechazó los que le ofrecieron, fue contando a qué se debía este concierto. Un antiguo profesor suyo había “comprado” un acústico, a través de la plataforma de crowfunding, y al regalarlo, el nuevo dueño había decidido que se celebrase en esta sala.
Nos había avisado de que tocaría tanto temas antiguos como nuevos, por lo que sonaron canciones como Nidos de golondrinas, Nana y Mi trigal de ‘Amor y otras guerras’; y El ombligo del mundo, de ‘A versos y a bocaos’; marcándose también un par de covers, uno de Extremo y otro de Fito, tal vez buscando que el público, que permaneció todo el concierto bastante “tímido”, se arrancase a cantar.
No me da la gana, de ‘Arando vertederos’, la introdujo diciendo que “ha aprendido que quiere ser soltero”, y contó con la colaboración de Florencio Álvarez a la guitarra, con quien afirmó llevaba mucho tiempo sin poder tocar, y que éramos los primeros en verle sobre un escenario.
Pare cerrar el espectáculo, Iratxo pidió la colaboración de una caja, pero se le subieron al escenario tres percusionistas, y de nuevo su amigo Florencio, lo que le hizo confesar que iba a tocar Ciego, pero que con tanta gente sería mejor que le siguieran, comenzando así con los acordes de No es la primera vez, de ‘De dónde el aire da la vuelta’. Tras un espectáculo digno de ver, agradeció a Musiquiátrico su colaboración, dando por finiquitado el show.
En general, a mi parecer, durante casi todo el concierto hubo un halo de incomodidad extraña, no sólo porque el público estuviese más cerca de la barra que del escenario, sino por la falta de “vida” que mostraba, demasiado tímido e íntimo incluso para tratarse de un acústico.