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Crónicas
Extremoduro en el Estadio Olímpico de Sevilla

Extremoduro en el Estadio Olímpico de Sevilla

Concierto de Extremoduro durante la gira «Para todos los públicos», en octubre de 2014.

La llegada al Estadio Olímpico aseguraba un lleno masivo. Eran muchos lo que habían llegado con tiempo para coger sitio, no sólo para el concierto en sí, sino para reunirse con sus amigos y tomar algo en el aparcamiento al son de los clásicos de Extremoduro, bien a capela o al unísono con el equipo de música de sus coches.

Al acceder a la pista a través de las gradas, ya podíamos ver el ambiente: un público que ansiaba que comenzase el espectáculo de Extremoduro. Expectante ante la parafernalia que había montada en el escenario. La estructura se encontraba cubierta por unas enormes lonas, simulando las vistas de cualquier puerto, con decenas de containers apilados, a la espera de ser cargados en algún barco con destino desconocido. A los pies del escenario se encontraban las polémicas señales: “Zona marchosa” y “Zona tranquila”. Muy útiles a la hora de encontrar a los amigos perdidos en el ir y venir a la barra a por unas bebidas.

Extremoduro - sevilla 2014
Extremoduro – sevilla 2014

Containers de Extremoduro

Con media hora de retraso, con respecto a la hora de comienzo prometida, pudimos ver cómo empezaba a descender uno de esos containers apilados. Un aparente “jefe de obras”, daba indicaciones a la grúa. Tras tocar el suelo, comenzaron a sonar los primeros acordes de una introducción. Rober, Iñaki y Miguel fueron apareciendo poco a poco tras la enorme caja metálica que ahora simulaba ser el telón de un teatro. Con “Sol de invierno” abrían paso a lo que serían 3 horas de energía, sudor y gritos.

Los extremeños no se quedaron cortos en su repertorio, haciendo un repaso bastante extenso por su discografía, y al igual que la última vez que vinieron a Sevilla, volvieron a tocar la Ley Innata, pero esta vez alternando los temas con otros anteriores en vez del disco entero de seguida, que se nos hizo pesado a más de uno hará un par de años. Vimos a un Rober más maduro, que se sentó varias veces en la pequeña escalinata que se encontraba a los pies de la batería, dándole más “dulzura” y sentimiento a las “baladas” del grupo, dándole ese mismo matiz al tema de la rana, como adelanto de su próximo disco.

Una noche llena de clásicos de Extremoduro

Tocaron grandes clásicos como “La vereda de la puerta de atrás”, “Locura transitoria”, “Golfa”, “Buscando una luna” o “Calle Esperanza s/n” antes de de invitarnos a “hacer un descanso para hacer lo que queramos, vosotros también podéis hacer lo que queráis, estamos en un país libre, eso sí, que no os vean…»

Como en otras ocasiones en las que hemos visto a los extremeños en directo, pudimos diferenciar entre el público a los “jóvenes” que se conocían todos los temas, y a los que llevamos tanto tiempo escuchándolos que buscamos corear sus clásicos, echándose de menos algunos temas que nos han acompañado en el camino de nuestras vidas.

Regreso a la nostalgia

Tras el descanso de 20 minutos, regresaron con fuerza con “Prometeo”, “Jesucristo García”, “Standby”, “Puta”, “Salir” y “Sucede”, demostrando que aún tienen energías de sobra para darlo todo sobre el escenario. Se hicieron con buena parte del público con “Poema sobrecogido”, aunque, por lo general, los temas del nuevo disco, “Para todos los públicos”, fueron los menos coreados.

Después de “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, Robe daba paso al que sería su último tema, “Camino a las utopías”, dejándole el cierre instrumental de “Rockin´all over the world” al resto de la banda, quienes nos dejaron la alegría de esos últimos acordes.

En general, fue una grata experiencia, llena de recuerdos que nos acompañarán hasta la próxima vez que podamos disfrutarlos.

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