• marta@rosanera.es
Narrativa
Nada. No eres más fuerte que yo

Nada. No eres más fuerte que yo

Un sueño, una ilusión que esconde mucho más tras de sí. Te descoloca, te desconcierta, y te hace perderte en tu mundo, en tus recuerdos. Y te das cuenta de que ni ahora te consuelan. Creíste que te servirían como excusa, algo a lo que aferrarte, pero ahora comprendes que no eran más que eso, una ilusión inocua. Algo efímero que no te sirve para nada.

Ya en tu mundo, recuerdas con nostalgia, aquellas palabras sin sentido, aquellos actos que no se vieron merecidos. Aquel momento de engaño. Aquello que ya no sirve para nada, que sólo es eso, un recuerdo. Sus palabras se las llevó el viento, y en silencio contemplaste su rostro, que ya sólo te transmitía lástima. Y la Nada te llevó lejos, de ciudad en ciudad, siempre huyendo. Pero no de él, sino de ti mismo. Del monstruo que llevas dentro. Y cuando creíste encontrar la paz, descubriste que también era una farsa. Que ya nada tenía sentido, que ya nada tenía importancia. Y sólo te quedó el olvido. Y como en una carrera infinita, perdiste el aliento. Sentiste cómo te arrancaban el alma, como algo muy dentro de ti te abandonaba. Pero no lloraste, sabías que eso tampoco serviría de nada. Y el silencio se hizo eterno. Eterno en tu corazón y en tu mirada.

Mentiste, engañaste, te hiciste ver como alguien fuerte, alguien que realmente nunca fuiste. Creíste que así alguien te querría, pero qué equivocado estabas. Cuanto más tratabas de acercarte a alguien, más se alejaba. Y la pena volvió a inundar tu alma al sentirse traicionada. ¿De qué te sirvieron todos aquellos momentos si siempre te abandonaban? ¿Para qué seguir fingiendo? ¿Acaso crees que alguna vez le importarás a alguien? Si ni a ti mismo te importas. Huye, cobarde. Vete lejos. Desaparece. Se lo que siempre fuiste, una sombra, alguien a quien nunca nadie echará de menos porque a nadie le importas.

Y la Nada será eterna, como tu silencio.

Pero, ¿y qué más da? ¿por qué no intentarlo? ¿acaso no es posible redimirse? ¿no consisten precisamente en eso las segundas oportunidades? En volver a intentarlo… para conseguirlo. Para hacer aquello que no fuiste capaz de hacer la primera vez. Porque un monstruo no es aquel que hace mal las cosas y fracasa, sino el que se da por vencido antes de conseguirlo. El que no lucha. El que no obtiene la victoria. El que se rinde. El que calla. El que no afronta sus decisiones para llevarlas a cabo. No, no voy a rendirme, no volveré a fracasar. Y si no me quiere, y si me abandona, y si me traiciona, no importará, porque no lo haré por él, sino por mí. Porque ya no tengo nada que perder. Porque ya sólo me queda el “yo”. Y porque tú no eres más fuerte que yo.

Fragmento de #ProyectoCaos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.